jueves, 25 de octubre de 2012

Uno perdido...







Pequeño jueves


Brisa dulce de la mañana
susurrame una respuesta
o mil preguntas,
si valen la pena,
para abrirme paso
en este horizonte
con aroma de cabellos mojados
y lengua de vino blanco

Llameante sol
despeja las nubes
de esa mirada,
de los vaivenes del sueño
para extinguir
el delgado velo
que suele ser el silencio
y el freno al brioso corcel
de dos cuerpos
que se prometen la muerte

Pequeño jueves
primo hermano de la víspera
de otra noche en lecho del mar,
dame la luz de tu faro errante,
el verso vibrante y preciso
para arrancarle el alma
de un zarpazo y colgarla 
en el umbral de mi dormitorio.

Quincho.




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