Brújulas y direcciones
Guardamos las brújulas
en los bolsillos
y sin embargo
las oí girando dentro,
buscando un norte
o un sur, no sé,
tal vez un después
o un quizás sencillo,
una tarde lluviosa,
una casa en el aire,
o llanamente
una voz azul
que congele árboles
Estes y oestes,
el ir y venir de las olas
el secreto asunto
de las flores marrones
que reposan sus raíces
en los dedos de los pies
de los errantes
Direcciones
hacia calles cerradas
que acaban en cuentas por pagar,
en nueces mordidas
por los dientes de viejas tormentas,
señales
con rumbo de carabelas
y de dioses urgentes
que no son más
que la natural llegada
del rumbo entre la neblina
rota por el iris
de dos pupilas de vino
convertidas en millones.
Tánatos