Diestra y siniestra
Se te ve bien desde aquí:
tu vigilia bajo lluvia,
tu sonrisa derramada
en la mesa de los vientos,
el fulgor de tu mirada
que me sigue destruyendo,
abofeteando y haciéndome volver
a la sencilla realidad
de tu ausencia
bajo este cielo de ceniza
Me desperezo una y otra vez
porque tu aliento se retrasa
cada vez más y más
y ya no sé si esperarlo
porque me palpitan las ansias
de incendiar nuestra república,
y esta mano zurda que tiembla
al empuñar la guitarra
me amenaza con su huelga
¿y qué haré yo con la diestra,
si tu, siniestra mía
no entonas tu himno de regreso a mis venas?
Tánatos.