Simplemente he vivido
He disimulado muy bien
los otoños hasta hoy,
he bañado mis huesos
día a día con calma,
arranqué raíces gruesas,
sembré pinos en tu mar,
he contado cuentos
de batallas indomables,
de fieras y estertores
a niños sin sombra,
he maquillado despedidas,
bares y callejones,
los llené de sales y flores,
de pasados derrumbados,
entregué a la copa de los árboles
mi aliento de tabaco y verso,
la copa de las mil y un derrotas,
la banqueta donde espero,
los almizcles de los cuellos todos,
los estampados de colores
Recorté letras de periódicos con buenas nuevas
para escribir un sólo nombre,
llené mis bolsillos con piedritas,
con bocas que no ofrecen su lengua,
he tomado barcos por asalto
y caminado por el tablón cientos de veces,
he figurado en las cartilla del deseo
y he muerto cada tarde bajo el manto del sol
He bebido el vino dulce
de una boca de ojos humeantes
hasta olvidar donde dejé
el cansancio y la rutina
y todos los adioses
una vez más
simplemente
he vivido.
Quincho.