lunes, 22 de febrero de 2010

Un alcoholizado poema...

Dormimos con frío

El velo de la noche cae
Nada vuelve solo
Y el viento te sopla al oído

Nada viene con el sueño
Y derrepente la madrugada
Y yo te busco en los acordes
Los ajenos sonidos viejos

¿Dónde estás?
Si mi boca no duerme
No busca el horizonte
Y se muere extrañando

Y mañana amanece
Despejado baño
Caminando llueve
Y no, no estamos llenos
Los haces de luz solar no lloran
Como lo hace el velo rojo

Y mañana despertamos
Y mañana despertamos azules
Y hoy dormimos con frío


Tánatos

Pd. No recuerdo bien cómo lo escribi, sólo recuerdo que fue durante el último viaje que hicimos con mis viejos y un primo. La nostalgia y el alcohol son buenos juntos, ayudan a crear letras, aunque éstas estén torcidas e ininteligibles, jaja. Salud!




miércoles, 17 de febrero de 2010

Pequeño homenaje a Guillermo Lora

Camarada

Hablar de ti, camarada
Es hablar con la voz raída
De una clase obrera
Que bajo la claridad de tus ideas
Maduró, creció y ahora llora
Tu eclíptica ausencia

Hablar de ti, camarada
Es hablar de verbo mismo
Del incansable trabajo
Del revolucionario profesional
Que busca transformar
La miseria y el hambre
De un pueblo todo
Y de los explotados en el mundo

Las voces no callarán hoy
Como no han callado nunca
"La rebelión es inherente
Al hombre", dijiste una vez
Camarada, nuestra voz es firme
Pues entronca con el eco
De tu palabra lúcida
Que retumba desde las minas
Hasta lo más recóndito del país

No nos detendrán las balas
Ni la infamia ni la cárcel
Como no pudieron contigo
Tontos aquellos que creen
Que pueden matar las ideas
Nuestra artillería pesada
Es el programa proletario
Que tu bandera y escudo fueron
Y que con orgullo llevaste a las masas
Así lo haremos nosotros
Tu ardua labor será continuada

Estas palabras son escasas
Para mencionarte siquiera
Desde aquí me despido
Y nos despedimos todos
Con la seguridad que tu nombre
Estará grabado con fuego revolucionario
En la conciencia de tu partido y las masas
Como lo están los nombres
De Marx, Engels, Lenin, Trotsky
Y otros grandes del marxismo

Hasta siempre camarada.

Pd. Este fue un poema que escribí y leí en el velorio a Guillermo Lora, un gigante del trotskysmo boliviano, latinoamericano y mundial, fallecido el 17de mayo del 2009. Su legado está vivo, sus 67 tomos son la prueba fehaciente de un hombre que dio hasta lo último de su aliento batalla al sistema capitalista, a la burguesía en decadencia y que aplicó el marxismo a la realidad boliviana y latinoamericana como nadie más hasta ahora. ¡Gloria a Guillermo Lora! ¡Viva la revolución comunista!

La miseria reinante o la urgente necesidad de acabar con el sistema capitalista


La lucha es hoy


Mis hermanos, mis millones de hermanos
La gran familia que arrastra la vida
En todos los rincones de este planeta
Son los sobrones del sistema
Sus creaciones, sus legítimos bastardos
Que corren y corren sin saber a donde
Que gritan y sangran, que lloran y mueren
Y a pocos parece importarle realmente

Está en el semáforo el hermano pequeño
Que con cinco años aprendió malabares
Y hasta las diez de la noche juega
A ganarse unos quintos tirando limones

Cómo olvidar al hermano del medio
El que limpia parabrisas
Que más temprano que tarde
Termina en las drogas como antes
Sucedió con los anteriores
Los que con su trapo ganaban sonrisas

Así sigue el desfile
Mi hermano mayor que no soportó
La ausencia de los viejos
Que trapean pisos en europa
Que terminó asaltando en las calles
Perseguido, ilegal, en las plazuelas
Con su nueva familia pandillera

Y mi tía siempre quejándose
Ya nada es como antes
Las máquinas de lavar ropa
Nos quitaron el empleo
Pero jamás lavarán
Como estas manos que aun pueden

Abuelita abandonada
Nadie pudo quedársela
Con lo último que tenía
Se compró dulces y una canastita
Vende en la esquina de un anillo
Visiblemente cansada
Su galope es sobrevivir
Su sueño es sobrevivir

Y todo esto es minúsculo
Hay en la familia, que es todo el mundo
Un mundo de pesares y agonías
Son los frutos del sistema
Es la globalización que condena
Es el imperialismo que ordena
Y aquellos que lo reconocen
¿Por qué no hacen nada por cambiarlo?
La respuesta es sencilla
Toma las ideas de la clase obrera
Ve y espárcelas día a día
No te lamentes en un café o bar
Es hora de ser instrumentos
Conscientes de de la historia
Acabar con la barbarie
Dirigirnos con banderas rojas
A materializar la revolución

Tánatos


viernes, 5 de febrero de 2010

Viernes por la noche...


La hora justa

Son los silbidos del viento
Presurosos corceles que galopan
Tiritando de frío y cansancio
Trayéndome enredado el aroma de tu cuello
El vacío sobrante, el espacio
Entre tu cuerpo y la pared
Donde dejé mi aliento y mil lunas viejas
 
Y ensimismado proyecto tu mirada
La evocación de los paisajes
El retén eterno de tu mirada fija
El aniversario de las rosas rojas
Las luces del camino que no anduvimos
El presagio de un mañana y de la muerte

La hora nona, la hora justa
Que termina y vuelve
Me devuelve la razón, el equilibrio
No como lo harían tus brazos, no
Pero al menos se parece
Al sabor de la brisa del gran lago
A la noche con frío a sus orillas
Al camino de regreso de casa
 
Con la luz apagada nada termina
Todo comienza nuevamente
Pero el sueño es persuasivo y cabal
Te canta al oído tu canción
Hasta darte un segundo antes
En que comienza la historia
Y el fin del día te renueva
Y al fin iluminas mi ventana.

Tánatos