viernes, 25 de mayo de 2012





Al costado


Hace falta mirar un poco más al frente
y sobre todo, a los costados,
que es donde más duele la ciudad,
-del costado también salió Eva- 
¡maldita/bendita seas Eva!
allí también están acostados en el suelo
los hijos malditos de esta tierra
y los sabios de figurillas
a quienes hay que destetar 
sin piedad alguna, es más, con furia

Hace tanta falta mirar a los costados...
y yo sé que vos entendés,
como nadie más, comprendés esto
porque al costado estoy yo
y estás vos, siempre,
para hurgar en lo profundo
de esos otros que están al costado
y que piensan también
que este mundo de mierda
se puede cambiar.

Tánatos.


jueves, 24 de mayo de 2012




Siempre silencio


Y es sólo que quedó tanto por decir
y tanto que por callar, grito,
porque de los destellos
que en realidad no estaban,
no fulguraban,
se levantaron muros

Pero siempre silencio...

...y fue tu agudo llamado
y ensordeciste
para no escuchar una verdad,
pero enmudeciste para no crujir,
así tu boca se llenó de sal,
y tu prédica fue sorda,
se hundió como los barcos
cuando besan al bravo mar,
se esparció entre el desierto
e intentó florecer bajo su manto
y esas palabras como girasoles
jamás se pusieron a tono con el sol
que es más mordaz y no tiene piedad
cabalmente porque ese señor
es una sencilla verdad.

Tánatos.









La nube


Entonces una tarde
a tanta insistencia,
terminé por comprarte una nube,
y no era que no quería,
no era que me empaquetaba,
porque con vos, era bastante fácil,
apenas me subi a una silla,
estiré el brazo,
pagué los honorarios
y acto seguido 
la usabas en los hombros,
¡qué bien te sentaba el blanco entonces!
y al pasarle la lengua por encima
era como un hielo con sabor a lima,
como esas fragancias
que usabas en las tardes de otoño,
esas que tanto se parecen a estas
en que esa misma nube llueve,
y no deja de embarrar el pelo,
los nudillos en el suelo,
y ese bosque dibujado
en una esquina de la boca.

Tánatos.



miércoles, 16 de mayo de 2012





Tiempo de futuro


En el tiempo de las nueces
y los caldos de uva,
llené mis bolsillos con prendas
que le gané al azar en una mano,
me encontraba dormido,
lejano de los vientos del sur,
bien peinado, perfumado,
por si alguna sirena
osaba encallar en mis dedos

Pero aquellos tiempos
no eran como el día de cobrar el sueldo,
eran más bien blancos y enormes
como un salar, como una nube,
y eran blancos por la ausencia
de los colores, del rojo fuego

Entonces decidimos
mi alma negra y yo,
revolver el mar con el dedo,
causar truenos y rayos
aplaudiéndole al sol cuando despertaba,
resolvimos despistar a los perfumes,
envolvernos con telarañas,
convertirnos en rocas de océano
y así en lo profundo,
ajustarnos los pantalones
a la talla del futuro.

Tánatos



sábado, 12 de mayo de 2012








Sencillo



Es cierto que podría
calificar tu sonrisa,
tu aire de niña descalza
de flor tornasol,
pero prefiero recorrerte
palmo a palmo y en silencio

Es que conozco de memoria
la canción de tu locura
y con guitarra en mano
podría arrastrarte al precipicio,
pero tampoco es tan fácil
como abrir el pecho
y arrancar el alma

Es sencillamente
el sabor que huelo,
mientras atado a tu recuerdo
y a nuestras huellas/marcas,
distingo el alboroto de tu cabello
y la canción que nos dice
que no se puede comprar el viento
ni el sol, ni el calor, ni las nubes,
ni los colores ni la alegría...

Tánatos.












Distancia y ruido


El ruido de la distancia
araña la retina  
y el cielo se convierte
en una pequeña esfera,
un punto cercano,
una fiesta con lluvia,
una noche de otoño
con hamacas de dudas,
que mecen los años,
las frutas
y todo vestigio 
de arena en el mar.


Tánatos


miércoles, 2 de mayo de 2012








Muros rotos


No son las esperanzas
de las miradas que en la oscuridad
te lanzo como dardos
y que sé que recibes
y devuelves como flechas
no, son esos pormenores
ni la centena de mordeduras,
ni la amalgama en la garganta,
ni esos besos fijos y serenos,
apologías del delito consumado

Es que rotos fueron los muros
que sujetaban la tenue cordura,
los estrellas del sur bajo tierra
y los vientos que las soplaron
de este u oeste, nunca supe
pero siguen soplando con fuerza

Es que tal vez los talveces
son todo el futuro que queda
las serranías a lo lejos 
y mis lentes apenas alcanzar ver
los dedos recorriéndolo todo
y una suma de infiernos
atormentando nuestros cabellos
¡ese es todo el norte que queda!

Y los fieros campos de batalla,
el aroma de las bestias dormidas,
la sonrisa que todavía guardo
en los cajones del alma,
los cientos de ladrillos derrumbados
¡se van extiguiendo todos juntos!
y el asidero de mis manos
y el amoblado de mi razón
desvanecen también
pues la ola que todo se lleva
ha llegado con tal fuerza
¡ese cabello rizado 
en las heridas de mi pecho
lo entiende pero yo no!

Tánatos







Todo lo acerca


Te miro de lejos,
pero tal vez ni tan lejos
sino unicamente
de la vereda del frente
y sonríes para esta mueca,
apenas para dejarme en ascuas,
rendido y brilante,
decidido a arrancarte
un siglo de bestias
del pecho y los labios,
a obligarte a enseñarme
un pasito, una cuequita,
un canto, un kaluyo
para destronar a la distancia,
a las noches de muertos
que pasean entre mis dedos,
a los ritmos afros
que sólo mueven tus caderas
pero no mis manos en ellas,
no estas ansias mías en las tuyas

Pero es otoño y el frío todo lo acerca.

Tánatos