sábado, 13 de julio de 2013






Marcha nupcial


Le digo que si
una y otra vez
a tus arranques
de ternura embravecida
a tu lluvia de colores
y a los claroscuros
que tomé desprevenidos
ascendiendo a tu boca

Digo que si
al jardín de tus brazos
al olor a pino verde
de tu ser
al sollozo de tu alma
que me toma la mano
y la aprieta y hace explotar
en torbellino que se calma
y me devuelve una tarde
junto al mar que nos espera

Digo que si
sonriendo en tu sonrisa
desvariando en tu húmeda lengua
enmudeciendo de gozo
despilfarrando lunas
inventando futuros
en síntesis:
Te doy el sí.

Quincho.




domingo, 7 de julio de 2013








Necesitar es un verbo

Yo no sabía que necesitar era un verbo
para mi siempre fue un nombre 
que quizás con el tiempo variaba
pero que se podía nombrar
con boca, dientes y lengua

No sabía que necesitar era un verbo
y lo vengo a entender nuevamente ahora
porque lo silbo, lo canto y muerdo
pero no viene ni va
está estancado en este temblor
de la mano derecha y la razón.


Quincho.









Lluvia de soles


...entonces comenzó a llover soles
el invierno no duró nada
y su sonrisa escindió el mundo en dos:
los que boquiabiertos morían de pie
y yo, que tenía su sonrisa tatuada en la retina.


Quincho.










Mantas blancas


Los vi paseando
en las avenidas
las más anchas
de mi ser
mantas blancas
enfermizas voces
dulces recodos
que me dejaron en falta
sin ojos en las cuencas
ni tallos en los pies
con un soplido huracanado
los convierto en balsas
que a la deriva chocan
y con sus restos
o sobre ellos
construyo mi hoguera
con su soledad en galope

Los vi columpiarse
con tórridas añoranzas
con señuelos falsos
con tranqueras y ojos ciegos
con vidrios rezagados
como espejos del presente

Hoy los vi agazapados
redoblando el paso
despidiéndose de mi
con frías gotas de marzo
y me quedo cuerdo al final
le doy cuerda a los zapatos
y me dejo dormido
pegado a tus espaldas
cual si fueras tierra
y mi pecho raíz de luces

Quincho.




martes, 14 de mayo de 2013







Resfrío de ausencia


Del tiempo
donde los viejos humos
suben a los ojos
amarilleando las lágrimas
ruborizando las cejas
arruinando el aroma de lluvia,
el bálsamo nocturno,
rescato los intervalos
de las sonrisas húmedas

Del sueño
de dormir abrigado
entre las aceras del paraíso
robo una manta con siglos en llamas
y tapo a mi sombra
para que no se resfríe mi ausencia.

Quincho.





miércoles, 8 de mayo de 2013







Desvelos


Tengo una duda
que se convierte en sal
en arena en los ojos
en paralelo de Greenwich
atravesandome la garganta

No haré alarde
de vicios ni de juicios
porque apenas tengo
el amargo en el paladar
el polvo del patio
que se levanta
ahora que encuentro
una casa llena de incertidumbres
de viejos deberes y sabores
que se mezclan con mi saliva
y con la tuya que ya viene
hirviendo en tu lengua

Tengo un cerrojo sin llave
allí bien dentro del silencio
una estampida de grises soles
que me brotan por las ojeras
y me desvelan otra tarde
entretejiendo conjeturas vivas
que se adhieren a mi voz
a las letras y los nombres
que se esconden bajo piedras

Tengo tus dudas en la piel
y los recuerdos de otras dudas
debajo de esa piel
tengo un silencio sepulcral
que me toma por asalto
y me deja la punta de un ovillo
que se incendia en mis dedos.

Quincho.




Primer intento de texto teatral...







Especialidad de la casa


Entonces,
¿espero que te lo quites?
puedo hacer de cuenta
que ya no está ahí
entonces,
¿estás segura?
¿no prefieres, acaso,
que sea con estos dedales?
estos que tengo pegados
empernados a los ojos
¡cuando gustes!
y aunque el momento ese no llegue
igual seguiré esperando
¡claro que no!
¿acaso las montañas
se cansan de esperar?
yo soy una de ellas
o ellas me tienen dentro
o bien somos una argamasa
¡cuanto tardas!
si me hubieras dejado
lo habría hecho tan rápido
que ni te habrías dado cuenta
si, ya se que te gusta así
lo dijiste hasta el cansancio
no el mío, por supuesto, el tuyo
entonces,
¿me dejas intentar?
será todo de un solo tirón
como quitar un diente de leche
esas prendas de domingo 
que llevas hoy lunes
son la congoja pura
como el último monólogo de un viejo actor
o un perro bajo la lluvia
no, no te preocupes
incendiarlas es la especialidad de la casa
es decir, la nuestra.

Quincho.





viernes, 26 de abril de 2013









...o todo eso que se le parece


No corras hacia la luz, te pido
no persigas luciérnagas,
te exijo la muerte inmediata
y tu aguacero de invierno
viértelo en mis venas ahora mismo

Sin perder los estribos
anotame en tu libro de fábulas
y hazme historia 
sin que te tiemble la mano
ni te perfore el paladar
este sabor lascivo
de venenos ajenos

¿Cómo hacer nubes incendiarias?
¿Cómo apagar velas en los ojos?
desventurados nacimos
en un otoño cualquiera
aves infames de pico encorvado
atosigándonos con nuestra carne
nos devoramos uno a uno
todos los rincones habitables

Por eso te exijo la muerte
que claves en mis talones
una suerte de espinas rojas
que corrompan mis pasos
que caves un hueco profundo
por donde quepa una sábana más
un aliento agotado o un ruiseñor
que me cante sin miedos
hasta que la madrugada
termine por devolverme la vida
o todo eso que se le parece.

Quincho. 








miércoles, 24 de abril de 2013








Casi siempre


Casi siempre
cinco minutos antes de dormir
o de morir
como en la caverna de Platón
dejo pasar
las sombras del día al otro lado
detrás mío
delante, siempre estas vos
pequeñita
insomne mariposa de vientos
acorazada
de todos los temblores propios
necesarios
de una habitual mañana de lunes
explotando
cual universo para dar origen
a mi voz
o a las auroras boreales del norte
o quizás
simple y llanamente
al amor.

Quincho.





miércoles, 17 de abril de 2013








Hoja de parra en picada


En esta esquina del paraíso
no existen más estrellas
ni noches de vals
o cuentos de brujas
sino ausencias estampadas
licores de besos despeñados
duelos de ancestrales silencios

Esta serenidad
llena de errores 
donde me espanto
al saberme desnudo
de tus cabellos
amarrándome los deseos
esta serenidad
es la enfermiza hija
del vacío que muerde
del fiero fuego
que nos calcina 
en rincones distintos
esta serenidad
es hoja de parra en picada

Es totalmente imposible
salir de tus acordes
sin rasguño alguno
sobre todo 
cuando hice fuego de tus huesos
para calentarme la voz
y tu lluvia de ceniza
me inventó la piel
la dejó hecha un sólo jirón
una sola llaga 
que ayuda a desvariar
a encontrarte aquí, entera
aquí despierta,
allá destilada de soledad
dentro empapado
un fruto del miedo
como un mar encarcelado
¡un infernal huracán
arrancándome de cuajo la calma!

Quincho.






martes, 19 de marzo de 2013








Lunes en la máquina


Estas luces de invierno pasado
son perfecto escenario
de tinieblas piadosas
desmontes de gélidas sensaciones
cortes a ras de alma
inventos sonoros del miedo

A semejanza de este otoño
de soles crudos, crujientes
embalsamadas esperas
devienen en astros con frío
cuya congoja oscila brevemente
entre el candor del domingo
y la animalidad del lunes
del hastío

A diferencia de esos sueños
los de ahora se pueden leer
en párrafos pulcros, bien medidos
ya no parecen hechos a mano
sino por una inmensa fábrica de humo
que me hizo el sueño a medida
de mi viejo saco de corderoy

Pensaba así la mañana de abril
en que abandoné corriendo
el estante donde oculté
mis primeras sombras al alba
mis primeros versos de rehén
de este imperio de humo negro
que se comió mi vida
mientras yo sus migajas

Quincho.









Mantas blancas


Los vi paseando
en las avenidas
las más anchas
de mi ser
mantas blancas
enfermizas voces
dulces recodos
que me dejaron en falta
sin ojos en las cuencas
ni tallos en los pies
con un soplido huracanado
los convierto en balsas
que a la deriva chocan
y con sus restos
o sobre ellos
construyo mi hoguera
con su soledad en galope

Los vi columpiarse
con tórridas añoranzas
con señuelos falsos
con tranqueras y ojos ciegos
con vidrios rezagados
como espejos del presente

Hoy los vi agazapados
redoblando el paso
despidiéndose de mi
con frías gotas de marzo
y me quedo cuerdo al final
le doy cuerda a los zapatos
y me dejo dormido
pegado a tus espaldas
cual si fueras tierra
y mi pecho raíz de luces

Quincho.











Antojadito 




Acostado o de rodillas

semifuso o eterno
grandilocuente o taciturno
hilvanado o roto
cabal o inoportuno
delirante o ultra sensato
osado o mojigato
vacilante o temerario
desnudo o con sotana

Entre mares con tinieblas
y susurros candorosos
con brasas u otoños
entre lúcido y dormido
entre lenguas de fiesta
y papeles desordenados

Cruel o pan de dios
full color o monocromático
penitente o lascivo
romántico o cachondo
persuasivo o masoquista
de entre todo y todos
confieso que siempre
me quedo antojadito de vos.

Quincho.






domingo, 10 de marzo de 2013








Mientras tanto...


Festín de historias
que agrietan las manos
labrador feroz
sembrando la muerte
siempre un piso debajo
del ardiente infierno
una mezcla de lirios
delirantes y perdidos
bajo el manto azul
que dejan las lágrimas
las más gruesas gotas
rebotando en el parabrisas
un estertor más
una lámpara menos
media docena de sueños
que reclaman su reino
que desafían al futuro
mientras tanto
un angel en pijamas
se acuesta dolorido
mientras tanto
corremos al infinito
le robamos versos
a los árboles caídos
a los héroes vencidos
sólo así logramos
que rían tristes
los caminantes que vuelven
aunque no sepan ya a qué
aunque no recuerden su partida
aunque este servidor
deje la mesa servida
y se acueste con flores marchitas en el pelo.

Quincho.














Tiempo y temporales


¡Ay del tiempo
que me mide los pasos
como yo los huesos!
si somo sólo un haz de viento
desperdigado por el cosmos
un bosque de pinos guindos
alzando vuelo en las veredas
una marca de pertenencia
que se borra con saliva
un cerrojo hecho de hilos
una mortaja prestada

Desde el grito de los grillos
descendiendo a lo recóndito
al extremo intenso
donde guardan las brujas
sus últimos conjuros
envejecemos de a pasito
como astillas de costillas molidas
y sures pendientes de llegar
nos endeudamos en serio
con los delirios y los dientes
sin cuellos que morder
que amarran las letras

Se alzan maduros caminos
atosigados de recuerdos
de ayer, de anteayer
de hace diez minutos
el tiempo preciso
en que frenaba su carrera
el millar de caballos 
que albergamos en el pecho

Tiempos, temporales
que me hacen maldecir
los brebajes de la tarde
los silencios imposibles
que empernan mis pies
a esta acera, este recodo
que arde en tus vocales
mucho más allá 
de tus nubes de insomnio
de este tiempo irreverente
que aplasta la lengua.

Quincho.











A veces...

A veces me da miedo tu cambio
sobre todo cuando nada cambia
o más bien, empeora
por ejemplo:
temo tus presupuestos a los militares
los salvadores de la patria eternos
engrasando sus fusiles con verde billete

A veces me da risa tu cambio
porque haces justo
lo que tus enemigos jurados
los viejos neoliberales querían
como tus nacionalizaciones
que hacen sonreír a las transnacionales
como tus gasolinazos
aplastados por el brazo popular
es gracioso verte alardear
de una bonanza que no existe
si mi sueldo alcanza cada vez para menos
si cuando viejo moriré de hambre
con tus "revolucionaria" ley de pensiones

A veces me da bronca tu cambio
cuando como buen boliviano
te preocupas a última hora
de hacer cosas cuando sabes
que se vienen las elecciones
y antes de eso poco o nada hiciste
me recuerdas a Percy Fernández 
tu actual amiguito
que llena de cemento mi ciudad
seis meses antes 
de sonreirnos para pedir otra vez 
el voto popular

A veces me da miedo,
risa y bronca
pero siempre, siempre
me da gusto saber y comprobar
que las farsas se agotan rápido
y aunque a veces tarden más
el pueblo no es tan boludo
unas avanza y otras retrocede
pero ahora mismo
da gusto saber que tu gobierno
y sus tirasacos están preocupados
la campana roja va sonando
la verdadera revolución se va acercando
y los impostores de a poquito se van quitando
su sucia máscara ajena a la verguenza

Quincho.











Escarmiento


Vengo del embargo de tu sueño único
del azul vibrante de tu boca
de la transparencia lubricada
que alberga tu lengua zurda

Vengo desde los abismos
de tus faltas rotas
de tus instintos animales
de tu impulso vil
de amarrarme a la vida
a los trenes que de ida y vuelta
encuentran siempre la ruta
que me deja en tu orilla

Vengo del presente olvidado
de un coro de bestias
y una estampida en los sentidos
vengo taciturno y desempolvado
a decolorar la mirada marrón
a enrededarte entre mis ramas
vengo a escarmentarte
con látigos de esperanza
por atreverte a desarmarme
a hacer de mi 
lo que hace el fuego con las velas
el bravo mar con los barcos
¡el fiero infierno con mi alma!
                    vengo.

Quincho.














¿Cómo hacerte entender?


Cómo hacerte entender
que estas letras no son tuyas
sino de las gotas de sangre
que me brotan por los dedos
cuando recuerdo tu erizada piel

Quincho.











Cuento indígena


Qué ganas de escribirte
cientos de cartas
que no digan nunca donde me escondo
en qué lluvia de marzo
guardo tu temible recuerdo
de flechas y gritos
dónde es que tus ancestros
dejaron arañando la tierra
con nubes en los ojos
los dejaron ciegos
con promesas de papel
y ellos, nosotros, 
nos alzamos belicosos
exigiendo nuestra sangre
nuestros árboles hermanos
nuestra savia hecha tierra
los unicornios en que alzamos vuelo

¿Qué lees en mis manos arrugadas?
¿recuerdas el cuento todavía?
mi propia voz haciendo escarnio
de esos sonidos sordos de disparos
que atraviesan el río bravo
la orilla mansa de mis hermanos

Una vez más te contaré el cuento
y no dirá "érase una vez"
los cuentos de hadas son de ellos
y son contados en pasado
en los nuestros somos fruto y abono
barro sublevado por cientos
arma de las armas, tempestades
oscura piel ardiendo en llamas
un presente estropeandoles la primavera
¡somos fieras gritando al cielo!

Quincho.




viernes, 15 de febrero de 2013








En estos días


En días como estos,
miércoles de cenizas,
enciendo una lámpara desnuda,
que me alumbra un norte
una reliquia de cartón
asediada de lloviznas
para dibujarte una madrugada
un faro bajo las gotas
una sonrisa humeante
un desliz de razón
que rueda por tus hombros

Espera, 
que vengo
con sencillas flores
que redoblan sus pétalos
al entonarse tu canción
entre los árboles y el viento
entre la marea de sangre
que golpea en nuestros alrededores
espera,
que llego 
con el paso quemando
las huestes del retorno
cortando la cuerda de anclas
de veleros errantes
y tripulaciones heridas

En estos días de brisa tenue
y de alborotados huracanes
en la ropa y el alma
de miradas que hacen estallar
este rincón del universo
reconozco la osadía
de estar siempre al frente
en primera línea 
de la línea divisoria
entre el miedo y la temeridad
de avanzar sin dudas
aunque el precipicio esté cerca
la muerte del amante
está siempre cerca
nuestra ventaja
es que estamos hace mucho
con un pie adelante
y el otro más adelante todavía

Quincho.