Temblor
Perplejidad,
de ver los autos pasar,
rojos, blancos, amarillos,
enfermos y energúmenos
en los callejones sin salida de la ciudad
de ver los autos pasar,
rojos, blancos, amarillos,
enfermos y energúmenos
en los callejones sin salida de la ciudad
Asombro,
de tanto vuelo de horneros
cargando hombres,
del rubor disimulado,
cuando confiesas que te falta un sueño,
que te sobra una lágrima
de tanto vuelo de horneros
cargando hombres,
del rubor disimulado,
cuando confiesas que te falta un sueño,
que te sobra una lágrima
Tenacidad,
cuando lidiamos
la dura batalla de los árboles
contra la quietud
y el desgano de seguir en pie
alumbrados por la luz de una farola
cuando lidiamos
la dura batalla de los árboles
contra la quietud
y el desgano de seguir en pie
alumbrados por la luz de una farola
Espanto,
de sabernos con ropa,
de medirnos sin tacones,
de hablarnos con el fulgor
que desprende nuestra etiqueta,
nuestra marca registrada
de sabernos con ropa,
de medirnos sin tacones,
de hablarnos con el fulgor
que desprende nuestra etiqueta,
nuestra marca registrada
Cotidianidad,
al mojarnos con el pasto
bajo aire otoñal indisimulado
para vendarnos los ojos
con gotas de un pasado venidero
al mojarnos con el pasto
bajo aire otoñal indisimulado
para vendarnos los ojos
con gotas de un pasado venidero
Ambiguedad,
por el velo de tul
de la tarde presurosa
que encubre las ramas
que crecen en las venas
cuya sangre no es más
que resina seca, turbulenta
por el velo de tul
de la tarde presurosa
que encubre las ramas
que crecen en las venas
cuya sangre no es más
que resina seca, turbulenta
...pero a pesar de todo,
los autos siguen pasando,
furibundos en los callejones
de nuestros cuerpos distraídos,
como risas breves
al borde de una filosa espada
de la que cuelga este temblor
de manos y razones.
los autos siguen pasando,
furibundos en los callejones
de nuestros cuerpos distraídos,
como risas breves
al borde de una filosa espada
de la que cuelga este temblor
de manos y razones.
Tánatos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario