Incendios
Todo el cosmos arde, se derrite lento
Incendios en cada rincón del alma
Sensaciones de irrealidades cercanas
Que respiran tan cerca de la boca
Y es casi imposible de conterlas
Madrugada que gira y gira, eterna
Se desempolva cada noche y sueña
Que se distiende en la cama y ronronea
Que esparce sus lirios al viento
Y alcanzan así ese par de ojos esmeralda
Que descorazonan hasta al mismo lucifer
Aguijonean los dedos, todos y cada uno
Las horas del recuerdo, las imágenes todas
Despiden ese aroma de rosa roja húmeda
De lluvia sobre el campo de azucenas
Y no es una elegía todo esto, es un canto
Porque se puede soñar y mucho más
Ya que de vez en cuando, la noche menos pensada
El corazón da vuelcos y brincos y grita
Como Pinzón cuando divisó tierra desde su caravela
Incendios en todos los rincones del cuerpo
Incendiada la imaginación, el tiempo y el recuerdo
Arde el día y la noche y mucho más.
Tánatos
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