Fotografía tomada por Cece Delgado.
El vendaval, la huida y las velas
Detrás de tanto vendaval
de ruidos ensordecedores
del mundo derrumbándose
como castillos de naipes
estabas vos,
dulce y radiante
empapada toda de mi
y de tanto alboroto
con mi pijamas tuyo
dulce y tenaz en la cama
como una niña
como luz entre las velas
como feroz huida
del caos de un sábado
sin sábanas ni flores
apenas nuestras voces
y el resonar lejano
de mil bocinas sordas
y las luces en el cielo
alumbrando nuestro fuego
Finalmente al encontrarnos
como en casa,
como reinventandonos
una vez más
dejamos de darle cuerda al reloj
nos educamos
en las artes salvajes
y nos abandonamos
al oscuro cielo
que todavía refusila
como nuestros dedos
que siguen estallando
en cada roce exquisito.
Quincho.

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