A.
De niña de seguro
tu cabello rojo flameaba
mientras jugabas corriendo
escapando de la adultez
Con sonrisa de travesura consumada
y profundos granos de café en la mirada
te encontré una mañana y te soñé
esa misma noche te encontré
acurrucándote en mi memoria
De siempre te veo todavía, despeinada
Flotando esos rizos rojizos,
como llamas ardiendo sobre vos,
aun mirándome con ternura,
con el gesto de viejos soñadores
De un tiempo acá, todavía te veo
acariciando el recuerdo inventado
y es tan dulce...¡vos no sabés cuanto!
Y asi una tarde más y otra mañana
y en las fotos que dejaste pegadas
sonrío al imaginarte a mi lado
y todavía decirte y aunque nunca lo hice
que...
vos sabés...
o tal vez nunca supiste nada...
Tánatos
Pd. A partir de este poema voy a recordar viejos aromas y voy a dedicarles un verso hasta donde me de el cuero...que les sea leve y si alguno sabe el nombre de alguna de las homenajeadas, guarde discreto silencio. Que les sea leve.
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